Si trabajan en el sector turístico, ya sea en la parte privada o (sobre todo) en la pública, los términos que más habrán oído e los últimos meses son dos: Covid-19 (¡cómo olvidarlo!) y los famosos Fondos Next. Tras meses de especulaciones, cifras y cantidades y famosas MDI, llegaron por fin los Planes de Sostenibilidad Turística en Destino.
Son muchas las dudas e incertidumbres que estos albergan, así que tras haber trabajado con ellos unos cuantos meses, hemos decidido descifrarlos un poco para ayudar a quien lo necesite para las próximas convocatorias, ya que además de la fugaz convocatoria de 2021, habrá otra a inicios del 2022 y inicios del 2023. Así que allá vamos!
Los Planes de Sostenibilidad Turística en Destino (PSTD) son uno de los instrumentos que podemos encontrar dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia(PRTR) del Gobierno español, un ambicioso proyecto de país que traza la hoja de ruta para la modernización de la economía española y para responder a los retos de la próxima década.
Con una aportación del 12,4%del turismo al PIB y tras el paso del Covid-19, el turismo es uno de los sectores clave por los que estos fondos apostarán. Dentro del llamado Componente 14 Plan de Modernización y competitividad del sector turístico, dotado con 3.400 millones de euros y cuatro ejes, se encuentra la “Estrategia de Sostenibilidad Turística en Destinos”, dotada a su vez de 1.904 millones de euros a fondo perdido.
Estas inversiones se vehicularán por medio de dos figuras: los Planes de Sostenibilidad Turística en Destino (PSTD) y las Acciones de Cohesión de Destinos (ACD), de las cuales hablaremos en otro post.
Los PSTD están orientados a destinos turísticos (divididos acertadamente en diferentes tipologías en base a su dimensión turística), a los cuales Europa financiará en un periodo de 3 años un Plan de Inversiones que deben ir encaminadas a mejorar los destinos con la digitalización, el cuidado del medioambiente, lucha frente al cambio climático, la sostenibilidad y la competitividad como ejes. Estos planes pueden ir dotados de un mínimo de inversión de 1 M de € a 10 M de € (dependiendo del tipo de destino) y un máximo de 50 M de € entre los 3 años.
Con toda esta ensalada de millones en formato de “Plan Marshall turístico”, llevamos desde mayo trabajando con diferentes destinos en formular un planes coherentes, razonables, ejecutables y, sobre todo, que responda a las problemáticas y necesidades del territorio que lo solicita. Dada esta trayectoria, nos permitimos hacer una serie de reflexiones que, esperamos, contribuyan a no cometer una serie de errores que nos permitan sacarle el mayor jugo a esta ocasión histórica. Aquí van:
- Proyecto turístico: la primera tentación de un municipio al oír hablar de estos planes es (y será) meter las grandes obras o actuaciones que siempre tuvieron en mente y que, por presupuesto, no se pudieron hacer hasta ahora. Esto es un error, ya que además de que la SETUR ha mencionado abiertamente que no caer en ello, una gran inversión (turística o no) puede hacer perder el foco sobre lo realmente importante: el desarrollo turístico.
- Estrategia turística: es recomendable que para concurrir a esta ayuda se cuente con una estrategia turística. Si el destino no ha hecho un Plan Estratégico o debe renovarlo, este es el momento, ya que normalmente en estos planes se diseñan unos planes de acción que son difícilmente asumibles para el municipio. Los PSTD son una oportunidad histórica para hacer que, como se suele decir, “estos planes salgan de el cajón y se ejecuten”.
- Coherencia en la redacción del PSTD: el plan debe ser coherente de inicio a fin y todo debe ir relacionado. Esto empieza por la descripción del municipio, en donde mostremos su personalidad turística (mayor o menor) y la problemática o retos concretos a los que se enfrenta y que desea resolver o abordar con el PSTD. No caigáis en problemáticas o retos genéricos, sino en los que implican al destino de forma concreta. Lo mismo con los objetivos, concretarlos y relacionaros mucho con el municipio y que, por supuesto, sean realistas y alcanzables. Con esta base, lo importante es que el cuadro de acciones sea coherente con la personalidad, productos, problemas y retos del destino. Así, las acciones planteadas deberán ser fácilmente relacionables con todo lo mencionado anteriormente.
- Producto, producto y producto: lo que diferencia a un destino de otro, lo que le dota de posicionamiento y marca, lo hace más competitivo y además genera industria es la existencia de productos y experiencias. A pesar de llevar años de desarrollo turístico, en España tenemos una gran carencia de productos y, sobre todo, experiencias. Debemos aprovechar estos planes para incentivar a la parte privada en la creación de experiencias turísticas ligadas a la historia, patrimonio, naturaleza, etc… del destino. Aquí, el papel de la llamada “oferta complementaria” (para nosotros ahora es la principal) es fundamental.
- Cambio climático, sostenibilidad y digitalización: estos son 3 vectores que forman parte del centro de la estrategia de la reconversión de los destinos y que, si se cumplen, nos harán conseguir el cuarto eje: la mejora de la competitividad. El turismo es un sector muy transversal , así que son muchas las acciones de estos tres vectores que son financiables por los planes. Eso sí, debemos argumentarlas y relacionarlas bien con el sector turístico.
- Inteligencia sí, pero dimensionada: los DTI son el modelo de gestión ideal, pero antes de lanzarnos a ello debemos hacer una reflexión seria y sincera sobre el grado de madurez y profesionalidad de la gestión del destino. La gestión inteligente es útil y necesaria, pero debemos dimensionar el presupuesto, los recursos humanos y las capacidades de nuestro equipo. Ser DTI no es un fin en sí mismo, sino un medio para una mejor gestión de la actividad turística. Y como tal, debemos adecuarla a nuestra realidad, capacidades y, sobre todo, objetivos.
- Cuidado con la “digitalitis” y la “sensoritis”: ¿recuerdan el boom de las redes sociales? Allá por el 2008-2010 todos nos lanzamos a abrir redes sociales, adquirir herramientas y a depositar en ellas la esperanza de la solución de todos nuestros problemas. Pues cuidado, porque la Transformación Digital no consiste en cuantas más herramientas mejor, sino en trabajar en modelos de negocio, mejora y eficiencia de procesos, nuevos servicios y productos y el análisis de datos de sensores que midan aquello que es importante medir. Así que no cometamos errores del pasado, porque esto puede ser muy caro y quitar mucho tiempo.
- No nos olvidemos de las empresas: los 4 ejes de estos planes (Transición verde, eficiencia energética, transición digital y competitividad) son muy acertados para conseguir la finalidad de estos fondos: transformar y mejorar los destinos turísticos. Para ello, debemos situar en el centro a las empresas y profesionales, piezas clave en el destino. De nada sirve que hagamos actuaciones a nivel público, (adecuación de recursos, señalización, carriles bici, planes de movilidad, cargadores eléctricos, etc…), sino implicamos a las empresas. En este sentido, es importante diseñar acciones de creación de producto, de transformación digital, de sostenibilidad, etc… para empresas. Importante ver también si se confirma para las siguientes convocatorias una de las últimas aclaraciones de las SETUR hechas en esta primera convocatoria: la validez de las ayudas a empresas. Bien diseñadas y orientadas, puede ser un gran incentivo para motivar el cambio de nuestra industria.
- Capacidad de gestión de los fondos: estos son proyectos que oscilarán entre los 1-2 millones de euros y 5-10 millones en otros casos. La capacidad de gestión y ejecución de todas las actuaciones es uno de los aspectos más importantes, por lo que recomendamos que todos los Departamentos del Ayuntamiento implicados (sobre todo Alcaldía, Secretaría e Intervención) sean conscientes de lo que implica. Una buena estrategia es sumar al Plan una Secretaría técnica externa, la cual se puede pagar con los propios fondos.
- Política turística autonómica: aunque los planes vienen del estado, se le ha dado a las Autonomías un gran poder de decisión, ya que ellas son las que redactarán los Planes Territoriales, en donde se evalúan los planes presentados en cada Comunidad. En este punto creemos que el liderazgo y la orientación de la política turística autonómica es fundamental para determinar las prioridades a desarrollar, ya sea vía PSTD o promoviendo las ACD. Las CC.AA mejor que nadie conocen la potencialidad de sus destinos y los problemas de posicionamiento, marca, competitividad o diversificación.
Esperamos que esto consejos sirvan para realizar unas mejores candidaturas no para ganar, sino para contribuir a la necesaria transformación de una industria de la que dependemos y mucho.